Con el transcurso del tiempo y, específicamente, a partir de la etapa de la menopausia, se observa un cambio gradual en el pH vaginal que tiende a volverse más alcalino, alcanzando valores que oscilan entre 6 y 7. Este cambio en el equilibrio ácido-base de la vagina es una consecuencia natural de los cambios hormonales propios de esta fase de la vida. Es importante entender que esta alteración en el pH puede tener un impacto en la salud íntima, ya que el pH adecuado es crucial para mantener un ambiente propicio en el tejido vaginal.

Cuando el pH de la vagina se vuelve más alcalino, puede dar lugar a una serie de cambios en el entorno vaginal. Esta variación puede afectar la composición de la flora bacteriana natural y, por ende, a las defensas naturales del cuerpo en esa área. Por lo tanto, es vital estar consciente de estos cambios y tomar medidas adecuadas para mantener el equilibrio y la salud de la zona íntima. Mantener el pH en niveles apropiados es esencial para prevenir infecciones y mantener un ambiente óptimo para las defensas naturales de la vagina.